Aunque cada vez son más las personas que conocen la Arteterapia, aún es un modelo de terapia que no es masivamente reconocido y por tanto deja inquietudes o puede producir malos entendidos. Así que me parece importante señalar de modo simple, qué exactamente se hace en una sesión de Arte terapia.
Desde hace poco más de un siglo, a principios de 1900, Sigmund Freud empezó a expresar la importancia de lo que llamó Talk Therapy (terapia de conversación) para sanar los problemas emocionales y mentales de las personas. Instauró además un método en donde esta “cura por la palabra” se llevaba a cabo de una forma en que el analista callaba mientras el paciente hablaba, usualmente acostado en un diván y sin mirar a la cara de su psicoanalista. Esta imagen se volvió icónica y muchas personas la tienen en su cabeza al pensar en acudir a un proceso psicoanalítico. Luego esta idea se fue sustituyendo por la imagen de paciente y terapeuta hablando cara a cara, uno en un sillón y otro en una poltrona (usualmente el terapeuta), o en dos poltronas de igual a igual, como es el caso en las terapias más actuales. Este cambio obedeció a que se hicieron populares otro tipo de terapias diferentes a las psicoanalíticas, las cuales no trabajaban con el diván, ni el terapeuta guardaba silencio, sino que se fomentó y estudió por muchos años (hasta hoy) el uso de la conversación terapéutica, como herramienta que bien usada por un profesional experto y entrenado, se demostró que ayuda a que las personas sanen heridas emocionales, transformen sus vidas, profundicen en su autoconocimiento. Hoy en día, es esta la idea e imagen que se tiene cuando se piensa en acudir a un terapeuta.
Por esto cuando piensas en ir a terapia, no se te ocurre pensar en ir a un espacio que parezca un taller de clases de arte como el que tenías en tu colegio, o a bailar, actuar, hacer música o cerámica. Sin embargo, después de la segunda guerra mundial, en Europa nacieron las terapias de Artes Expresivas. Las cuales usaron diferentes expresiones y medios artísticos para ayudar a sanar a excombatientes de los traumas de guerra. Fue el británico Adrian Hill quien acuñó el término Arteterapia en 1942, después de que él mismo probara el arte en su recuperación, y desde 1940 trabajara en un hospital con heridos de guerra.
Así que ochenta años después, aunque ya se han formado asociaciones mundiales de arteterapia, y en países como el mismo Reino Unido, esta disciplina hace parte de las profesiones acreditadas de salud, las terapias expresivas terapéuticas luchan aún por mostrarle a las personas que hay otra forma de sanar, que si bien no excluye la palabra y por supuesto la conversación con el terapeuta, sí le apuesta a propiciar el proceso creativo, y por esto en una sesión de Arteterapia se destina un tiempo muy importante de la sesión al ejercicio de hacer arte creativo, libre e intuitivo. No se enseñan técnicas artísticas ni se da una clase de arte, sino que se fomenta la creación que resultará de material de introspección y autodescubrimiento.

Si dividimos una sesión de arteterapia en ciertas fases, lo que se realiza en una sesión tiene las siguientes características:
- Check-in: Este es un momento de pausa para conectar con el estado emocional de la persona que consulta. Hablamos sobre cómo se siente, si ha pasado algo nuevo que debamos conocer para el proceso, o permitimos un aterrizaje de la persona en la sesión. A partir de este momento definimos cuál es la intención que la persona trae para esta sesión, y pueden haber ajustes para el resto de lo que vendrá en el tiempo de consulta.
- Momento de respiración y grounding: No todos los arteterapeutas utilizan la respiración o el mindfulness, pero a mí personalmente me parece que en todas o casi todas las sesiones, es importante invitar por un momento breve a la consciencia del cuerpo, la respiración y propiciar la quietud y la calma. También porque en este momento pueden introducirse elementos de visualización de lo que se trabajará seguidamente en la parte de la creación artística, y así resulta ofreciendo el ambiente emocional adecuado para iniciar la parte activa.
- Parte de creación de arte: Puede pasar de diferentes formas, dependiendo de los objetivos del tratamiento, qué le sucede a la persona, qué materiales hay disponibles. Primero hay un tipo de creación de arte desestructurado. El cliente lidera qué quiere hacer, y se permite elegir, por lo que es más auto dirigido y abierto. El otro tipo es hacer arte estructurado, el cual es más dirigido por el arteterapeuta. Éste da consignas u ofrece una guía dando al cliente alguna dirección acerca de lo que podría hacer. Sin embargo, el consultante siempre también decide. Solo se va explorando y permitiendo que la persona se explore. Cada actividad es elegida de acuerdo a las necesidades del consultante, su historia, su experiencia previa, etc. Todo esto se considera. Durante esta parte el arteterapeuta puede estarle ayudando a la persona, o dándote espacio en silencio, o se puede hablar si la persona lo necesita y lo propicia. Siempre dependerá de qué es lo más terapéutico para esa persona en ese momento.
- Discusión o Proceso verbal: Esta parte es muy importante para integrar lo que ha surgido en el proceso. Sin ella sería difícil para las personas sentir que están en control de lo que pasó, o ganar alguna perspectiva sobre su situación. Usamos el trabajo de arte como metáfora para encontrar nuevas soluciones. Esta parte también puede ser desestructurada o estructurada. Pueden haber preguntas del terapeuta o simplemente hablar y expresar pensamientos y sentimientos. Se puede hablar acerca de la obra, o acerca de cómo la hizo, o los sentimientos que surgieron, depende de lo que necesite la persona.
- Cierre: En esta parte el terapeuta puede ayudar a crear un cierre, y transición entre la sesión de arteterapia y la vida real. A veces se hacen rituales o se preguntan sobre las sesiones, qué viene en adelante, o qué quisiera hacer antes de la siguiente sesión. También pueden haber rituales físicos como hacer algún check-in físico o ejercicio de movimiento.
Estos son los cinco momentos o fases de una sesión de arteterapia. Así que si te interesa este probar este tipo de terapia, tanto online como presencial en el consultorio/taller de un arteterapeuta, ya sabes que la próxima vez que pienses en ir a terapia, no necesariamente se tratará de hablar y hablar durante horas. Puede que descubras que untándote las manos y moviéndolas para crear, te conoces más y lo pasas mejor.
Por Emma Sánchez
Interesante y relajante participar en un taller de Arteterapia