Los beneficios para la salud de escribir sobre el trauma están bien documentados. Algunas teorías de counselling o psicoterapia, como la terapia narrativa, incorporan la escritura en sus técnicas terapéuticas.
Las investigaciones sugieren que escribir sobre el trauma puede ser beneficioso porque ayuda a las personas a reevaluar sus experiencias al mirarlas desde diferentes perspectivas. También se plantea que escribir sobre eventos traumáticos puede ayudar a aliviar la presión emocional de las experiencias negativas. Aunque si las personas presentan problemas de salud mental, la escritura terapéutica debe ser un proceso complementario, no un reemplazo de tratamiento.
¿Qué se considera un trauma?
El investigador y clínico aclamado Bessel van der Kolk afirma en su libro, The Body Keeps the Score, que el trauma es más que un recuerdo almacenado que debe borrarse. En cambio, sugiere que toda nuestra mente, cerebro y sentido del yo pueden cambiar en respuesta al trauma. Este autor pone el énfasis en que muchos adultos experimentamos detonantes en nuestro cuerpo que de seguirles la pista nos mostrarán las sensaciones y respuestas que el cuerpo tuvo ante un evento traumático. Que éste aún estaría presente en nuestra corporalidad aunque pueda estar olvidado en la memoria.
Según la Asociación Americana de Psicología (APA), el trauma es “una respuesta emocional a un evento terrible como un accidente, una violación o un desastre natural. Inmediatamente después del evento, la conmoción y la negación son típicas. Las reacciones a largo plazo incluyen emociones impredecibles, flashbacks, relaciones tensas e incluso síntomas físicos como dolores de cabeza o náuseas. Si bien estos sentimientos son normales, algunas personas tienen dificultades para seguir adelante con sus vidas”. Pero hoy en día también se está ampliando esta perspectiva sobre el trauma teniendo en cuenta que éste puede ser una respuesta a cualquier evento que una persona encuentre física o emocionalmente amenazante o dañino, y que sobrepase sus capacidades para tramitarlo en el momento.
Por otra parte, lo que sabemos desde que el hombre es hombre y vive en comunidad, es que compartir historias sobre el sufrimiento personal puede ser una experiencia educativa, curativa, inspiradora, y sumamente valiosa. Es una estrategia que para la Dra. Jill Parris se denomina “terapia de luz”.
La Dra. Jill Parris es una psicóloga que trabaja con refugiados y usa la terapia de luz como una extensión de la terapia de trauma. Ella realizó un proyecto llamado: Home Truths: An Anthology of Refugee and Migrant Writing, que unía a autores refugiados con un mentor de escritura para desarrollar historias personales sobre desafiantes viajes de migrantes a Australia.
Se encuentra en estas experiencias como la de Parris y otras, que escribir sobre el trauma es útil en la mayoría de los casos, pero considero que la actividad debe ser dirigida siempre por un profesional cualificado que monitoree los niveles de estrés y ofrezca un espacio empático donde los narradores tengan el tiempo y las herramientas, o el apoyo de un grupo, para manejar los sentimientos complejos que pueden surgir.
Beneficios saludables de la escritura
El Dr. James W. Pennebaker, quien fue por muchos años presidente del departamento de psicología de la Universidad de Texas, Austin, ha realizado gran parte de la investigación sobre los beneficios para la salud de la escritura expresiva. En un estudio inicial, el Dr. Pennebaker pidió a 46 estudiantes universitarios saludables que escribieran sobre eventos de la vida personalmente traumáticos o temas triviales durante 15 minutos en cuatro días consecutivos. Durante los seis meses posteriores al experimento, los estudiantes que escribieron sobre eventos traumáticos visitaron el centro de salud del campus con menos frecuencia y usaron medicamentos con menos frecuencia que los que escribieron sobre asuntos sin importancia.
Por otra parte, muchos estudios han evaluado el impacto de la escritura expresiva en personas con problemas de salud física como apnea del sueño, asma, migrañas, artritis reumatoide, VIH y cáncer. Del mismo modo, en mediciones físicas como la presión arterial y la frecuencia cardíaca, se encuentra que la escritura expresiva inicialmente puede molestar a las personas, pero finalmente las ayuda a relajarse.
Más recientemente, los investigadores han evaluado si la escritura expresiva ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, encontrando resultados positivos. Un estudio encontró que esta técnica redujo el estrés relacionado con el estigma en los hombres homosexuales. También se vio en otro estudio que beneficiaba a los cuidadores de adultos mayores con estrés crónico. Y un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Chicago descubrió que los examinados ansiosos que escribieron brevemente sobre sus pensamientos y sentimientos antes de tomar un examen importante, obtuvieron mejores calificaciones que los que no lo hicieron.
Ahora, otra investigación sugiere que la escritura expresiva también puede ofrecer beneficios físicos a las personas que luchan contra enfermedades terminales o potencialmente mortales. Los estudios realizados por quienes estuvieron al frente de esta investigación, los psicólogos James Pennebaker, PhD, de la Universidad de Texas en Austin, y Joshua Smyth, PhD, de la Universidad de Syracuse, sugieren que escribir sobre las emociones y el estrés puede estimular el funcionamiento inmunológico en pacientes con enfermedades como el VIH / SIDA, el asma y la artritis.
Los escépticos argumentan que otros factores, como los cambios en el apoyo social o simplemente el tiempo, podrían ser las verdaderas ayudas para la salud. Pero una revisión intensiva de la investigación de Smyth, publicada en 1998 en el Journal of Consulting and Clinical Psychology (Vol. 66, No. 1), sugiere que la escritura sí hace una diferencia, aunque el grado de diferencia por supuesto depende de la población estudiada y la forma de escritura propuesta.
Los investigadores apenas están empezando a comprender cómo y por qué la escritura puede beneficiar al sistema inmunológico y por qué algunas personas parecen beneficiarse más que otras. Sin embargo, existe un acuerdo emergente de que la clave para la efectividad de la escritura está en la forma en que las personas la usan para interpretar sus experiencias, hasta las palabras que eligen. Descargar las emociones por sí solo, ya sea escribiendo o hablando, no es suficiente para aliviar el estrés y, por lo tanto, mejorar la salud, enfatiza Smyth. Para aprovechar el poder curativo de la escritura, las personas deben usarlo para comprender mejor y aprender de sus emociones, dice. (Tomado de https://www.apa.org/monitor/jun02/writing)
Con toda seguridad, la iluminación que puede ocurrir a través de tal escritura es magnífica y por esto, así como por mi experiencia personal me animé a diseñar el programa de 4 semanas de PALABRAS QUE SANAN. Un recorrido por diferentes ejercicios de escritura terapéutica que tendrá inscripciones abiertas cada mes, y que me ha dejado muy complacida al ver los testimonios de participantes de su anterior edición.
Para más información visita https://emmasanchez.me/palabras-que-sanan/ y consulta nuevas fechas.
Por Emma Sánchez